Además de preciosos, eran cómodos, quiero decir que podía andar y moverme bien, pero no como para aguantar toda la noche bailando. Así que, muy precavida yo, me compré unas alpargatas doradas, bueno, más bien color bronce. Las encontré en una tiendecita donde hacen alpargatas de toda la vida, en la calle Toledo, 17. Hay otra tienda cerca donde también tienen muchísimos modelos y a precios normales (24€). Me encantó este descubrimiento, seguro que compraré ahí mucho calzado de verano!
El velo del vestido también es de Vittorio y Luchino. Es de tul con un bordado muy finito y un detalle más grande en los dos extremos (es rectangular). ¡Y queda así de bonito!
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